Etapa 8 Pedrouzo – Santiago de Compostela

Nos hemos despertado muy descansados. Se nota la buena cama. Sólo eso ya justificó lo que nos costó.

El despertador ha sonado una hora más tarde, a las ocho. No tenemos prisa, queremos que los peregrinos no nos hagan mucho tapón en los primeros km del camino. Al menos los más madrugadores iran adelantados.

Desayunamos y antes de las nueve estábamos dando pedales.

Ha amanecido con mucha niebla, cuando entramos en el Camino apenas se ve, habrá que tener cuidado para no atropellar a los peregrinos.

A medida que vamos adelantando terreno la cantidad de peregrinos va en aumento y a su vez los sube y baja típicos de las tierras gallegas, Paco se emociona y lleva un ritmo bastante alegre con el pedaleo . Lo siento eufórico. Tiene frases de ánimo y de apoyo para todos. Nos encontramos grupos de mujeres parlanchinas, padres con niños pequeños, ciclistas con prisas, grupitos de excursión, jubilados y comienzo a ponerme nerviosa, hay mucho peregrino despistado y temo que alguno me caiga de la bici.

Empezamos la subida a Lavacolla. No es muy exigente si se coge el ritmo desde abajo pero es para trabajársela. Hay que avisar continuamente a los caminantes de nuestra presencia.

 

Iniciamos la bajada hacia Santiago, una pena que haya niebla, no nos ha dejado ver nada desde arriba y ahora no nos deja ir rápido porque hay poca visibilidad y podemos atropellar a algún andarín.

Tampoco nos ha dejado hacer muchas fotos en todo lo que llevamos de etapa

Llegamos sin problemas a Santiago. No me gusta la entrada, recuerdo que la del camino ingles es mucho más bonita y tranquila.

Aquí hay mucho tráfico y hay que pedalear por el acerado y hay mucho peatón … así es que despacito y tranquilamente llegamos al Obradoiro.

Comimos en la Bodeguilla de San Roque, al lado del Hotel, descansamos y por la tarde salimos a dar un paseo y a recoger las compostelas. Como no había misa nos invitaron a asistir a una vigilia peregrina. Duró algo más de una hora y se hace cuando se cierra la catedral. Se trata de rezar, cantar, leer algún pasaje de la biblia, compartir las experiencias del camino y escuchar un poco de historia. Había mucho extranjero y la gente no estaba mucho por contar su historia. Nosotros evidentemente que hemos pedaleado en solitario poco tenemos que compartir sobre la relación con los demás peregrinos.

Se visita la tumba del apostol y allí se consagran los objetos religiosos que cada uno quiera. También se visita la primera imagen que hay de Santiago Matamoros, y la losa sepulcral de Teodomiro, el obispo de Iria y descubridor de la tumba del apostol. El párroco nos dijo que los domingos se dedicaba más tiempo y que se visitaban más partes de la catedral, entre ellas, el pórtico de la gloria.

Hay que ver como cambia la catedral cuando no hay gente y sólo queda el silencio tras nuestros pasos!!!

Si le quito el tema de los rezos, estuvo bien la experiencia .. pero no han podido convertirme jajaja .. sigo siendo la misma hereje de siempre

El sábado por la mañana fuimos a misa de peregrinos más que nada por escuchar si nombraban a los dos de Badajoz y al rato nos fuimos al hotel para recoger las bicis y el equipaje , un largo viaje en autobús nos esperaba. Tan largo que para bajar a Ourense primero fuimos a Pontevedra y Vigo!! Salimos a las cuatro de la tarde y llegamos a las dos y media de la madrugada a Mérida, montamos las bicis en el coche (lo habíamos dejado allí antes de irnos) y en media horita más estábamos en Badajoz.

Aquí se pone el punto y seguido de nuestro camino. Ya sabéis que ésto nunca acaba, sea cual sea el camino, siempre continúa.

¡¡RETO CONSEGUIDO!!!

Etapa 7 Friol – Pedrouzo

La noche anterior nos fuimos a dormir muy animados tras leer el comentario que nos dejó Inpu en el Blog, nos dice que lo peor de la variante para Sobrado ya lo hemos pasado, que nos queda algún repecho sin mucha importancia y que disfrutaremos de paisajes muy bonitos. Hacía quince días que el había pasado por la misma ruta.

Nada más levantarse, Paco nota un dolor muy intenso en la rodilla derecha. El peso de más en las alforjas y el haber tenido que coger la bici a cuestas en alguna ocasión le ha pasado factura. Tiene serias dudas de si podrá hacer la etapa por el río, nos da miedo que el dolor vaya más en aquellos parajes tan olvidados y solitarios. Se toma un Ibuprofeno en el desayuno y decidimos que tomaremos una carreterita local que nos enlaza con el trazado del Camino del Norte. No tiene apenas tráfico por lo que avanzariamos con bastante tranquilidad

Ha amanecido con la típica niebla “meona” que moja y que unida al bochorno nos hace sudar bastante en la subida al primer alto del día . Por más que buscamos el cartel del alto para hacerle una foto, no lo encontramos. Una vez más, se les ha olvidado ponerle nombre 

A los pocos km encontramos las primeras señales del Camino del norte.

La ruta de las flechas verdes tiene tramos compartidos con el Camino original

Pedaleando a Paco se le han calentado las piernas y el Ibuprofeno le ha hecho efecto, poco a poco fue notando una notable mejoría en su rodilla. Iba delante para no variar y le da tiempo a fotografiar a la Conor.

Hasta Sobrado dos Monxes hemos hecho sin complicadiones veintitantos km y cuando desde lejos vimos las torres, nos emocionamos.

Son poco mas de las diez de la mañana  y como hay mucho día por delante y vamos bien decidimos entrar a sellar y seguir adelante.

 

 

Eran casi las once cuando salimos del monasterio por lo que decidimos parar a descansar un rato y comer algo. 

Durante el bocateo estudiamos las opciones para dormir y nos quedamos con la duda, Arzúa o Pedrouzo. Según nos tratara el camino, así haríamos y aplazamos la decisión.

 

Continuamos hasta Boimorto por unos caminos anchos, bonitos, agradables de pedalear ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ QUE MARAVILLA!!!!!!!! QUE PLACER DE PEDALEO!!! Nosotros no estamos acostumbrados a ésto, ni en Badajoz ni en ninguno de los Caminos que hemos hecho

Llevábamos buen ritmo y cuando quisimos darnos cuenta estábamos en Boimorto. Allí decidimos no ir a Arzúa y retrasar nuestra entrada al camino francés todo lo posible, dormiremos en Pedrouzo.

Para ir tranquilos tomamos una nueva alternativa por una solitaria carretera local durante 24 km. dieciseis de los cuales son en clara tendencia a bajar. Llevábamos el track en el garmin pero no funciona y hemos de optar por la vieja usanza, o sea, mirando los letreros de la carretera, que para algo están.

Nos lo pasamos estupendamente, pedaleamos y reimos muy relajados sin tener apenas que hacer esfuerzo !!! Los últimos dos km y medio se cabrean mucho, sobre todo el último. Son una larga recta que no parece tener fin … las piernas se quejan y las fuerzas flaquean. El bochorno no ayuda,

Llegamos al Camino Francés y nos sorprende lo bueno, limpio y fino que está el firme del camino ¿Dónde están los peregrinos? No hay ni un alma.

Trescientos metros después encontramos a la marabunta

Primera y única foto en el Camino Francés

Tenemos que esquivar continuamente a los peregrinos y nos empezamos a agobiar ..  no estamos acostumbrados a ésto .. lo nuestro son los caminos solitarios .

El camino va paralelo a la carretera, asi es que decicimos adelantar por asfalto. Hay tanta aglomeración de peregrinos porque la gente está terminando la etapa del día. Son las tres de la tarde

Llegamos a Pedrouzo, miramos para atrás y la ola humana se acerca, hay que buscar alojamiento. Vemos un Hotel a la izquierda de la carretera Pensión NR con muy buena pinta, Paco entra a preguntar. Hay plazas, son cincuenta euros. Le digo que bien, pero que no reserve, es pronto, sólo quedan 20 km a Santiago y tenemos tiempo de sobra para llegar.

Con la leccion aprendida del día anterior, nos sentamos a descansar y comer en unos veladores. Nada de decisiones precipitadas. Yo quería seguir pedaleando, estaba muy nerviosa, no me gustó esa masificación, quedé un poco superada por todo. Paco sacó la guía, los perfiles y los mapas; estudiamos la situación. No es que tuviera mucha complicación, pero ya llevábamos sesenta y tantos km encima y eso me podría pasar factura en las cuestucas que quedaban por subir. Al final decidimos quedarnos aunque estaba convencida de que podría llegar a Santiago sin problemas .. pero mejor no tentar al diablo.

Una vez hechas todas las tareas pos-etapa  nos metimos en la cama a descansar .Dormimos la siesta más larga y con el sueño más profundo de todo el Camino. Estaba más cansada de lo que pensaba.

No hicimos mucho más, bajamos a cenar y enseguida nos subimos a la habitación de nuevo.

El camino se acababa, sólo nos quedaba un día por delante.

Etapa 6 Lugo – Friol

Esta era la etapa más esperada. Nos hacía muchísima ilusión dormir en el Monasterio de Sobrado Dos Monxes. Desde Badajoz habíamos mandado a la oficina de correos de Lugo los sacos de dormir, las sábanas bajeras y las toallas para poder hacerlo. La tarde anterior recogimos el paquete y enviamos de vuelta a casa toda la ropa de invierno y lluvia que llevábamos ya que no se esperaban cambios meteorológicos para los días que nos quedaban.

A parte de la ilusión por el monasterio también nos alentaba que es una ruta alternativa a la de la flecha amarilla que nos sacaría de la carretera. A partir de ahora, la flecha a seguir cambia de color, es verde.

Salimos temprano para no variar y cruzamos la puerta de San Pedro siguiendo las vieiras que están en el suelo. Son muy bonitas, pero poco prácticas, sobre todo para los que vamos en bici. Tras unos pocos metros el GPS deja de pitar por lo que el track no va por ahí. Damos la vuelta y salimos por la misma puerta. Pedaleamos por el acerado que va paralelo a la muralla hasta que encontramos de nuevo las vieiras que venían procedentes de la zona de la catedral.

Salimos del casco antiguo bajando hacia el río Miño, lo cruzamos por un puente e iniciamos el pedaleo por sus orillas durante un ratito. Es una zona urbanizada con chalets.

Al poco nos apartamos del Camino de Santiago e iniciamos nuestra alternativa. La primera impresión fue fantástica, entramos por un caminito de madera en un bosque precioso. Salimos de él para después adentrarnos en la ruta preciosa.

Es una ruta senderista, no está pensada para ciclistas por lo que nos encontramos con los problemas propios de esa disyuntiva. Pedaleamos por un senderito muy estrecho a orillas del río Mera, a veces tanto que hay que bajarse y empujar o cargar con la bici. En muchas ocasiones lo único que nos separa del agua es una fila de árboles de delgados troncos rodeados de helechos . Hay que tener precaución porque el riesfo de caer al agua es grande porque hay zonas donde el suelo se ablanda y no sabes si en realidad estás pisando tierra firme o una cama hecha de hojas. Entonces te encomiendas a todos los dioses conocidos aunque no creas en ninguno.

Nos  impresionó la negrura de las aguas del río Mera, en algunas ocasiones parecía estancarse . Es un bosque tupido en el que pocos rayos de sol consiguen  entrar.  No había nadie, sólo se oía el agua y los pájaros.

Hay una zona de escaleras, pasarelas y puentes donde no te queda otra que cargar con la bici , incluso desmontar las alforjas.

Dejamos atrás el Río Mera. Un prado nos sirvió de paso para adentrarnos en un nuevo bosque, pero ya con caminos más anchos, con mucha piedrilla suelta y grava pero al menos se puede pedalear sin miedo a un chapuzón. Seguimos paralelos al río

Una vez que salimos del bosque toca subir. Se sale a una pista asfaltada con mucho desnivel sobre todo en sus primeros metros.

Seguimos subiendo por la pista durante un rato a algún alto al que se olvidaron de ponerle nombre.

Empezamos a bajar, con el consiguiente alivio, no sólo para las piernas sino para el ánimo.

Cuando más relajados íbamos nos encontramos con un montón de flechas verdes en el asfalto que indican girar a la derecha  ¡¡No puede ser!!! Si no hay camino!!!

Nos bajamos de la bici para atrochar por el monte hasta encontrar lo que en su día debió de ser un paso de cabras que ya está en desuso . La subida es suave, podemos pedalear aunque el camino se pierde por momentos, la vegetación lo invade todo, Avanzamos casi por intuición porque las flechas verdes son complicadas de encontrar ( lo mismo que las del Camino de Santiago están pintadas para caminantes) y además la maleza y las zarzas las esconden, hemos de tener cuidado con los ojos de lo altas que llegan a estar. Por fin salimos del bosque de pinos y castaños. Vemos un camino más ancho que debe de ser el que nos hará bajar hasta Friol, pero no, Se vuelve a estrechar y seguimos subiendo un poco más por una especie de complicada trocha.

Llegamos arriba, la sensación de soledad es increíble, por aquellos lares no hay vacas, ni cabras, ni gente ni nada .. no es un lugar con cultivos o huertas, no es un lugar de paso.. Lo que más vemos son cuervos .. Estamos sólos en medio del monte … me gusta esa sensación mezcla de soledad, respeto y un pelín de miedo.

La bajada es técnica sobre todo al principio .. pero después es muy divertida.

No le hicimos fotos, pero la grabamos con la china .. así es que cuando edite el video, lo pondré.

Llegamos a Friol bastante cansados y cometimos el gran error de la ruta y sobre el cual hemos aprendido mucho.En lugar de ir a dormir a Sobrado decidimos quedarnos a dormir aquí y dejar la estancia en el Monasterio para el día siguiente.

El chico que marcó la ruta recomienda la única pensión que hay en el pueblo, así es que ni lo dudamos. Fue nuestro primer error, quedarnos en aquel antro .. Casa Benigno.

Si no os queda más remedio a los que paseis por allí y no sois escrupulososm una noche se pasa en cualquier lado, pero si podéis continuar, ni lo dudeis. La gallega debió de darnos la peor habitación de todas. vieja, con humedades y moho en el baño, la cama chirriaba y el televisor no funcionaba bien .. todavia no comprendemos como nos quedamos allí .. No lo recomendamos para nada, todo lo contrario.

Por la noche cuando fui a pagar terminaron con mi paciencia. ¡¡ y mira que es algo que a mi generalmente me sobra!! Firmé el registro, pagué y pedí que me devolvieran los dos DNI… la señora no quería devolverme el de Paco porque no estaba firmada su ficha .. Discutí con ella hasta que me lo dió .. ni que nos fuéramos a escapar del pueblo!!! o como si aquello fuera el hotel Ritz .. Cuando salía por la puerta la sra seguía refunfuñando pero eso si con mis 50 euracos en la mano (habitación+2 menús) pero no le hice más caso ..

Comimos en el restaurante de la pensión. Tenía mucha mejor pinta que la habitación. Subimos a descansar y por la tarde dimos el paseito de cada día. Justo enfrente del antro teníamos la primera flecha verde del día siguiente.

Justo al lado de la flecha descubrimos una cafeteria – restaurante con una terracita junto al río de lo más agradable, Casa Do Grande. Primero unas cervecitas y después para cenar tomamos el mejor pulpo que hemos comido en todo el camino, pulpo a la brasa y ternerita gallega .. el postre tarta líquida de queso .. buenísima!!! Os recomendamos el lugar, estupenda relación calidad/precio, muy buen trato.

Estuvimos hablando un rato con la chef y nos explicó la historia de las flechas verdes y de quien las pintó . El sitio es muy bonito, sobre todo si puedes disfrutar como nosotros de la cena en la terraza a media luz y escuchando el río. Resultó una cena muy romanticona

 

 

Ese día aprendimos que no se pueden tomar decisiones cuando se llega cansado o agobiado a un lugar.

Hay que parar, descansar un poco, hidratarse y comer para después ser más objetivos y poder tomar la decisión correcta.

Pudimos haber continuado hasta Sobrado pedaleando por la tarde .. pero el bochorno y el cansancio unidos juegan malas pasadas.

Queda aprendido para la próxima vez .. además lo pondríamos en práctica al día siguiente .

Etapa 5 O´Cadavo Baleira – Lugo

Era un día especial por eso escogimos hacer una etapa facil de pedaleo y de pocos km. Salieron 31. Queríamos llegar temprano a Lugo y dedicar el día a descansar y divertirnos.

Salimos más o menos a la hora de siempre, después de desayunar en el bar del hotel.

Las instalaciones en general son buenas, pero han conocido mejor momento de gloria, están bastante desgastadas por el paso de los años . creemos que ahí no saben que las paredes se pintan (tenían muchos roces) y que existen tapiceros por si el uso desgasta  el material de los asientos . La habitación mucho mejor que el Bar.

Tras unas buenas carcajadas para comenzar el día, nos pusimos en marcha. Los peregrinos extranjeros que había en el hotel tomaron un taxi en el momento que nosotros empezamos a pedalear.

La etapa en general no tiene problemas, sólo se sube el Alto de la Vaqueriza pero sin mucha dificultad. Hay más km de bajada que de subida en todo el trayecto.

En plena bajada por una pista forestal nos encontramos con la Iglesia de Nuestra señora del Carmen en Vilabade.

Al lado de la iglesia hay un pazo que ahora se ha convertido en alojamiento rural

Seguimos bajando y nos adentramos en bonitos bosques y corredoiras y tras cruzar la autovía nos plantamos enseguida en el barrio de la Chanca.

 

Muy bonita la llegada por las afueras de la ciudad. En sus tiempos sería una aldea importante, pero ahora sólo son las casas del extrarradio. Llegamos a un puente del que no me acuerdo el nombre desde donde teníamos la mejor vista panorámica del Ponte da Chanca.

Ya estamos en Lucus Agustis

Una cuesta inesperada y empinada nos adentra en las calles lucenses .
Tras la cuesta tenemos  una escalera! Hay que portar las bicis para subir. Una muestra más de que no se piensa en quienes vamos en bicicleta a la hora de hacer los trazados urbanos.

 

Nos alojamos en el Hostal Mar de Plata,

Se encuentra al lado mismo de la muralla y la puerta de San Pedro.

Es un edificio antiguo y con las carencias de éste pero está limpio y correcto. El trato muy amable.

Nos cobraron 35 euros la habitación doble.

En la habitación teníamos fruta fresca, un par de zumos y un par de botellitas de agua. Además nos lavaron la ropa. La verdad es que no nos podemos quejar de nada.

 Lugo ha sido todo un descubrimiento. No la esperábamos así. Es una ciudad preciosa. Nos sorprendió lo ancho de algunas de sus plazas y calles dentro del casco antiguo. La gente muy amable, se come de maravilla, además nos hizo un tiempo excelente

Comimos muy bien en la terraza del Restaurante Antas de Ulla .Totalmente recomendable . La relación precio/ calidad/ cantidad, excelente . Nosotros comimos a la carta  pero tiene varios menús, dependiendo de lo que cada uno se quiera gastar. 

Para cenar fuimos a un restaurante con nombre de Tango “Cambalache” que está al lado de la pensión. En la puerta dice pasta – pizza pero no es el italiano convencional , está elegantemente decorado con motivos que hacen alusión a la música y el tango. Lo definiría como ítalo – argentino. Cenamos bien. Trato exquisito. Final perfecto para un día inolvidable.

Etapa 4 Grandas de Salime – O´Cadavo Baleira

Si había una etapa temida, era ésta, porque había mucho que subir en 52 km. Decidimos hacerla por carretera .

La carretera no tiene apenas tráfico como todas las que hemos ido cogiendo hasta ahora. Subir por el Camino supone tener que empujar la bici en sus tramos no ciclables y en muchas y empinadas cuestas. La guía que llevábamos recomendaba subir por carretera y un bicigrino que lo subió por camino hacía un par de semanas ya nos lo avisaba. Creímos que era la opción correcta para mis condiciones físicas

Salimos del pueblo de la misma manera que llegamos, subiendo. Teníamos por delante el puerto del Acebo,13 km de subida. Los primeros nueve km se suben con un pedaleo bastante alegre pero los cuatro últimos tienen mucha mala uva.

Muy duros, durísimos, con desnivel considerable en algunas cuestas que te dejaban sin aliento, no sé que desnivel podían tener pero seguro que una que la tengo grabada en la mente por lo que me supuso subirla encima de la bici superó el 25% ¡¡¡qué cien metros más criminales!!!! Ya decíamos que tanta facilidad en el incio se tendría que pagar después y se pagó muyyyy cara.. pero bueno, lo hicimos bien, sudando mucho , pero bien.

Dejamos atrás el pueblo subiendo a un caserío que se llama La Farrapa, a partir de ahí el pedaleo es alegre y agradable por lo que avanzamos bastante rápido.

Coronamos el puerto en algo más de dos horas con paradas incluidas. Los últimos km muchos más duros que el Palo.

No sé que manía hay en el Camino de Santiago de tener que subir donde hay aerogeneradores .

Este puerto tiene un secreto y es que cuando empiezas a bajar y a emocionarte con el descenso, empiezas a subir de nuevo para entrar en Galicia. Menos mal que estábamos avisados!! Uno es puerto y el otro es un alto ¿Alguien sabe cual es la diferencia? La altitud no creo que sea.

Ya estamos en Galicia

Nos puede más la nostalgia de dejar Asturias que la alegría de pisar tierras gallegas. Nos lo hemos pasado genial en tierras astures, nos hemos reido y hemos disfrutado mucho. Nos la llevamos en el corazón

Tras la bajada del Acevo/ Acebo toca subir de nuevo. Es la subida al pueblo de Fonsagrada. Muy fuerte, tanto si la haces por camino o por asfalto.

Paramos para sellar en la oficina de turismo, a coger agua y comer

Quedan sobre 30 km. Bajamos de Fontsagrada y como no podía ser de otra manera para arriba de nuevo .. ahora toca el Alto do Cerredo. Y ya para terminar de exprimir las fuerzas hay que subir al Alto de Fontaneira.

La verdad es que lo pasamos un poco mal entre el calor, el sol que  picaba en los brazos, el cansancio acumulado y el desnivel.

El final resultó un poco penoso. Además en la carretera casi no había sombra, cosa que por el camino si hay. No sabemos si elegimos la mejor opción, a veces es mejor empujar bajo un árbol que pedalear por el infierno del asfalto.

Seguro que se  habrá pasado algún alto  con nombre o sin él . Subimos tantos ese día que la memoria se distrae. Al pueblo se llega bajando.

Nos duchamos y descansamos para después dar un paseo,  la verdad es que O Cadavo no tiene mucho que ver.

Tuvimos que ir a comprar Aftersum porque nos habíamos quemado la piel con el sol. Lo mismo me pasó con el camino inglés  que pensábamos que no haría calor y terminamos con la piel quemada.

Esta foto es en la réplica de algo de la Sagrada Familia de Barcelona que diseñó un escultor del pueblo pero no me acuerdo a que parte de las torres pertenece. Es el único monumento que encontramos en el pueblo

Dormimos en el Hotel La moneda. Una habitación doble, 38 euros La verdad es que las instalaciones no son malas pero han vivido mejores tiempos. Cenamos el menú del día en su restaurante.

Etapa 3 Pola de Allande – Grandas de Salime

Se llega a Pola bajando y se sale subiendo el Puerto del Palo. Empezamos un poco más tarde de lo deseado pero aun así a las 9 estábamos dando pedales. No sabíamos cuanto podíamos tardar en coronar.

Subimos y bajamos por carretera. La subida no es ciclable en muchos tramos y la bajada tiene  muchas zonas técnicas que hay que hacer empujando por la peligrosidad que supone ir por un sendero que a veces se estrecha demasiado, al lado de un precipicio.  Hay quien lo intenta y lo consigue, pero eso ya depende de la forma física de cada uno y del grado de dificultad que se pueda superar.

La subida es un poco cansina, son doce km pero cogiendo cada uno su ritmo desde abajo se sube sin problemas , todo es cuestión de paciencia y cadencia.

Los dos últimos km son muy duros.

 Tardamos más de dos horas en subir con paradas de descanso y fotos incluidas, bien, francamente bien, muy contentos de como transcurrió todo.

Fue duro pero precioso, lo volveríamos a repetir sin pensarlo porque cuando acabas tienes ante tus ojos la grandiosidad de aquellas montañas. Desde su punto más alto; miras hacia abajo y descubres que aunque no tenías la sensación de estar subiendo tal desnivel ,las rampas son generosas en las curvas. Es una sensación increíble, maravillosa, que nos hizo sentir una pequeña parte de aquella inmensidad.

Arriba hacía mucho frío, hubo un cambio radical de temperatura, estaba nublado y hacía aire. Tuvimos que abrigarnos con todo lo que teníamos a mano para no sufrir mucho en la bajada.

La bajada se puede dividir en dos, la primera parte  hasta Montefurado que combina unos cinco km de bajada continua y dos de sube y baja bastante fácil y de ahí hasta el pantano de Grandas de Salime en un descenso divertido con una amplia visión de las montañas que nos rodean. Unas vistas muy bonitas.

En Berducedo paramos a calentarnos y a comer.

 Una vez llegados a la presa iniciamos por carretera el ascenso a Grandas de Salime, cinco km de subida bastante dura con desniveles superiores a los del puerto del Palo aunque también tiene alguna zona donde sin dejar de subir te da un respiro.  Hay que tener en cuenta esta subida puesto que los bicigrinos suelen cometer el error de pensar que llegados al embalse se acaba la etapa.

La subida por camino es complicada, muy dura. Nos han aconsejado no intentarlo siquiera.

En uno de los tramos compartidos de asfalto encontramos a una peregrina que avanzaba lenta y penosamente porque la subida tiene un nivel muy alto hasta para los caminantes. Iba agotada por el bochorno y por su tendiditis pero no necesitaba nada, así es que seguimos nuestra marcha .. yo la miraba por mi espejo retrovisor hasta que la perdimos de vista. Al día siguiente se cogió un taxi hasta el próximo pueblo.

No hicimos ninguna foto al hotel pero es el mejor en el que hemos estado de todo el Camino. Sólo una de lo que se ve desde la ventana.

Es el hotel La Barra. Nos cobraron 51 euros con el desayuno y nos pareció hasta barato.

Debieron de darnos la mejor habitación porque es superior a las que veo en su página web. http://www.labarrahotel.com/

 El restaurante lo tienen cerrado, pero se puede desayunar en su bar. El único sitio que dan cenas en el pueblo es en el Bar Benjamín pero es a base bocatas, si quieres una pizza casera se la tienes que encargar. No es muy grande aunque si suficiente para una persona.

Mañana la subida al Acebo .. que no se diga que es fácil llegar a Galicia

Etapa 2 Salas – Pola de Allande

Nada más salir de Salas empieza la subida a Porciles, nos dirigimos hacia Bodenaya. Son sobre siete km y medio de subida constante, cuya cota máxima de exigencia está en los últimos metros con un fuerte e inciclable repecho. Nos vamos a encontrar con las obras de la autovía, en algunas partes parece estar abandonada.

Durante los primeros km pedalearemos al lado del río Nonaya por un bonito y frondoso bosque de robles y castaños. La subida se puede complicar si hay mucha humedad o ha llovido en los tramos de piedra suelta ya que el terreno se vuelve resbaladizo y lo que es fácil en seco se convierte en técnico con el agua.

Una vez que llegamos a Porciles se puede decir que llaneamos hasta Bodenaya (hay un albergue de peregrinos) y poco después hasta La Espina. Hasta El Pedregal es un continuo sube y baja.

Albergue de Bodenaya

Desde La Espina nosotros tomamos la alternativa para bicicletas por carretera porque en esa zona del camino suele haber mucho barro. Unos tres de km antes de Tineo pedaleamos por un carril bici bastante cómodo que nos libró del tráfico.

Llegamos a Tineo sin mayores problemas e hicimos una parada de descanso y de paso rellenar los botes de agua y acuarius.

Decidimos buscar la alternativa para bicis que nos indicaba la guia que llevamos para poder adelantar lo que habíamos atrasado en la subida a Porciles.

A la salida de Tineo tuvimos una confusión, llegados a una rotonda vimos el letrero que indicaba Pola de Allande y por allí nos fuimos. Empezaron a pasar km y no había flechas amarillas.

Lo que en un principio pensamos que pudiera ser una metedura de pata se convirtió en el gran acierto del día.

Cuando llegamos a Gera encontramos un cruce donde un letrero indicaba Campiello a  5 km por lo que podíamos regresar al camino original, paramos a preguntar y nos dijeron que por esa alternativa había fuertes rampas y que por la carretera que llevábamos se subía pero de una manera nada exigente. Así es que desde Tineo hasta que iniciamos la bajada a Pola, pedaleamos subiendo durante 18 km por la carretera AS 217. Una maravilla en todos los sentidos por la calma que se respira, no hay apenas tráfico y la carretera se convierte en un precioso y verde tunel que nos protege del sol y del viento. Los km pasan despacio, toda una prueba de paciencia.

La bajada a Pola son sobre cinco km muy divertidos, con unas vistas panorámicas del pueblo desde lo alto, absolutamente maravillosas.

Nos alojamos en el Hotel “La nueva allandesa” http://www.lanuevaallandesa.com/ La habitación doble nos costó 50 euros. Estaba limpia y correcta, quizás un poco cara para lo que es el pueblo pero no hay muchas más opciones si no quieres ir al albergue de peregrinos.

Comimos en su restaurante, el menú de fin de semana a 15 euros. Muy buena comida y muchísima cantidad. No cenamos, con eso lo decimos todo.

Por la tarde, dimos el paseo de rigor por el pueblo.

Etapa 1 Oviedo – Salas

Oviedo - Salas

Esta etapa sin poder ponerle el adjetivo de fácil será mucho más liviana que las que nos esperan en los próximos días en cuanto al grado de dificultad general.

Pedalearemos indistintamente por pistas asfaltadas, caminos y carreteras locales de poco tráfico. El firme de los caminos es ciclable en todo el recorrido.

Iniciamos nuestro nuevo reto desde el punto cero, la catedral de Oviedo. Apenas hay nadie en la plaza por lo que podemos disfrutar del momento más íntimamente.

Hasta salir de la ciudad no empezaremos a encontrar flechas amarillas, nos guiaremos por las vieiras de bronce que hay en el suelo. Son muy bonitas pero poco prácticas porque el trazado urbano está diseñado para caminantes y la mayor parte del tiempo discurre por calles que  son dirección prohibida para las bicicletas . La única solución es ir por el acerado. Hay que estar muy atento porque es fácil perderse.

Llegando al parque Camino de Santiago saldremos al monte y nos adentraremos en plena naturaleza con los paisajes tipicamente asturianos de vacas, prados y aldeas. Los primeros siete km son bastante asequibles aunque la subida a San Lazaro de Paniceres y Llampaxuga te hace sudar a pesar de no ser muy exigente. Desde lo alto y en días despejados se puede ver Oviedo. Nosotros sólo vimos la niebla que lo envolvía.

En la subida a San Lazaro nos encontramos con un peregrino madrileño que iniciaba su primer camino a Santiago y estaba muy emocionado. Nos contó que hacía el Camino por una promesa y que llevaba tres horas  desorientado dando vueltas hasta encontrar la salida de Oviedo  porque perdió de vista las vieiras de bronce del suelo.

El Camino pasa justo delante de la solitaria capilla de la Virgen del Carmen de Llampaxuga, tras  la cual y en breve subida llegamos a Loriana donde nos encontramos con la Iglesia de Santa Maria..

Monumento en Puente Gallegos

En bajada llegamos hasta el medieval Puente de Gallegos sobre el río Nora. El puente ha sido modernizado con una baranda metálica y con una extraña escultura dedicada a los comuneros  que rompe con el equilibrio natural del paisaje.

Dejamos atrás el puente y llegamos a un precioso bosque de robles y castaños llamado el Castañeu del Soldáu por donde subiremos al Alto del Escamplero, la subida tiene sobre dos km fáciles de llevar.

Cuando llegamos arriba nos encontramos con dos peregrinas, madre e hija que iban muy apuradas por el esfuerzo y por el bajón que tenía una de ellas al no llevar nada de comida, sólo les quedaba un trago de agua, así es que le dimos de lo único que nosotros llevábamos,  una barrita energética y le rellenamos la botella de agua para que tuvieran suficiente hasta llegar unos km más adelante al único bar de la zona. La verdad es que fueron un poco inconscientes, siempre hay que llevar algo de comida, la inexperiencia juega muy malas pasadas.

Pasaremos por Valsera, Premoño y Puerma.

A través de la carretera N-634 nos adentramos en el desfiladero de Peñaflor. Un paraje precioso con su puente del siglo XII.

Llaneando llegaremos a Grado y ya puede decirse que iniciamos la subida más importante del día, el Alto del Fresno. Son sobre cinco kilómetros bastante duros que alternan pistas asfaltadas con camino.

En Grado nos tomamos un acuarius que nos vendría de maravilla para afrontar la subida. Hacía muchísimo bochorno y las cuestas se nos atragantaban un poco más a cada curva por el desnivel  tan considerable que iba tomando el terreno.

Durante un rato subí empujando la bici con una peregrina alemana, no nos entendiamos, pero con gestos y miradas nos dábamos ánimos. Paco me esperaba un poco más arriba y cuando lo alcanzamos paramos a beber. Ante nuestra sorpresa la alemana se puso a fumar!! le faltaba el aire por el sobre esfuerzo y en el momento que recobró un poco de aliento encendió un cigarro. A partir de ahí volvimos los tres al camino, Paco delante y nosotras dos detrás .

El último km tiene una subida bastante fuerte y como las fuerzas empezaban a fallar decidimos tomarnos  un gel para recuperar, le dimos otro a la alemana porque llevaba mala cara, no tenía fuerzas ni para coger el agua de la mochila, tuve que dársela y después volver a colocarsela en el mismo sitio. Ella se quedó descansando y nosotros continuamos la marcha .. ya no nos volveríamos a encontrar puesto que tras coronar el Alto iniciamos una agradable bajada hacia Cornellana.

Las vistas son espectaculares, así es que el esfuerzo tuvo su recompensa.

Tuvimos que desviarnos del trazado del camino en la bajada hacia Cornellana por culpa de las obras de la autovía. En el pueblo nos comimos un bocadillo para reponer fuerzas y seguir hasta nuestro destino.

Pasando Cornellana encontramos una corta pero fuerte subida que después se suaviza para continuar ascendiendo hasta Salas. Llegar al final de etapa con el cansancio acumulado y los últimos km de ascenso se hacen bastante pesados, sobre todo si hace el bochorno que nosotros tuvimos que aguantar durante todo el día.

En Salas dormimos en el Hotel Soto, es un edificio antiguo situado justo detrás de la Iglesia. Buen trato. Las bicicletas estuvieron perfectamente guardadas en el garaje particular de la dueña. En lineas generales puede decirse que está bien, sin lujos pero correcto. La habitación limpia pero el cuarto de baño (sin estar sucio) necesitaba una limpieza más en profundidad.

Una vez acomodados, duchados y con la colada hecha nos fuimos a conocwe el pueblo, allí nos encontramos con un peregrino con el que coincidimos al bajar del autobús en Oviedo y con el que conversamos brevemente.

 Aconsejados por otros bicigrinos cenamos en Casa Pachón. Creemos que este Bar ha sido la única decepción del día, esperábamos un lugar más moderno y menos cutre pero lo cierto es que se come bastante bien, comida sencilla y casera. Quizás demasiado abundante para nosotros por lo que muchísima comida regresó a la cocina. Nos pusieron cuatro primeros platos y un segundo. Sopa, menestra, arroz a la cubana con su huevo frito, ensaladilla rusa y de segundo elegimos un escalope de ternera y merluza a la romana. Con café y chupitos nos cobraron 30 euros. Creo que fueron un poco espabilados por lo que vimos que  cobraron a otros puesto que la señora se ahorró el postre y el menú se supone que es de 9 euros. De todas maneras, no resulta caro.

Prólogo en Oviedo

El miércoles día 31 de agosto a las 22.30 horas comenzaba nuestro nuevo reto, el Camino Primitivo que nos llevaría desde Oviedo hasta Santiago de Compostela.

Oviedo es una ciudad tranquila, donde no sólo edificios y calles reflejan su elegancia sino también sus gentes. El casco antigüo es casi todo peatonal por lo que pasear por sus calles se convierte en un verdadero placer. Está lleno de plazas con encanto y estatuas por lo que hay infinidad de rincones para fotografiar.

Nos sorprendió el silencio que se puede generar cuando los semáforos paran el tráfico. Ves que la gente va de un lado para otro en silencio o hablando en voz tan baja que sus palabras sólo ocupan el espacio auditivo de sus contertulios, no invaden el de los demás. Muy diferente a las ciudades del sur

Nos quedamos en el Hotel Ovetense ,en el mismo centro. A cincuenta metros de la plaza y cien de la catedral. Precio/calidad bien, sin lujos, pero el sitio ya merecía pagar los 42 euros que nos costó la habitación. Nos recogieron las bicis y las alforjas a las ocho de la mañana en un pequeño almacén con intenso olor a sidraque impregnó las alforjas.

http://www.hotelovetense.com/

Alfonso II "El casto"
Unos apuntes de historia.

Cuenta la historia que el Camino Primitivo es el que inaugura las peregrinaciones a la tumba del apóstol Santiago en Santiago de Compostela.

El primer peregrino «censado » es el Rey Alfonso II de Asturias, apodado «el casto» ya que aunque contrajo matrimonio, las malas lenguas dieron fé de que la castidad fue el motivo por el que murió sin descendencia.

Durante el reinado llegó a sus oídos la leyenda de que había sido descubierta la tumba del apóstol  en Galicia y dada su simpatía hacía cualquier Santo decidió ir a comprobar personalmente un hallazgo de tamaña importancia viajando lleno de fe hacía las tierras del fin del mundo.

El camino primitivo se inicia en Oviedo, la capital fundada por el rey Alfonso II , quien siempre se consideró un humilde siervo de Cristo.

Tal era la creencia en el poder de las reliquias que el rey dotó a la Catedral de San Salvador de innumerables objetos con valor espiritual, entre ellos el más importante y llamado » pañolón» que se cree que es la tela que cubría el cuerpo muerto de Jesucristo antes de la resurrección, convirtiendo con ello la Catedral en el segundo centro de peregrinación de la península.

Suelen decir que «Quien va a Santiago y no a San Salvador, visita al criado pero no al señor», la verdad es que por mucho que leemos no encontramos una razón comprensible de tal dicho, pero las religiones y las creencias guiadas, son así.

En la cámara santa de la catedral también podemos encontrar las cruces de los ángeles y la victoria, donadas por el rey casto y cuya fabricación es atribuida a dos ángeles que tomaron la forma de peregrinos. Estos seres divinos vinieron a atender la necesidad real de donar  sendas cruces de oro, por lo que el rey entregó el material necesario a los ángeles orfebres.

Otras reliquias interesantes, que no creíbles, son la leche de la Virgen María, el pan de la Santa cena, un trozo de la sábana santa o un trozo de la vara que usó Moisés para separar las aguas del Mar Rojo.