En Grado nos tomamos un acuarius que nos vendría de maravilla para afrontar la subida. Hacía muchísimo bochorno y las cuestas se nos atragantaban un poco más a cada curva por el desnivel tan considerable que iba tomando el terreno.
Durante un rato subí empujando la bici con una peregrina alemana, no nos entendiamos, pero con gestos y miradas nos dábamos ánimos. Paco me esperaba un poco más arriba y cuando lo alcanzamos paramos a beber. Ante nuestra sorpresa la alemana se puso a fumar!! le faltaba el aire por el sobre esfuerzo y en el momento que recobró un poco de aliento encendió un cigarro. A partir de ahí volvimos los tres al camino, Paco delante y nosotras dos detrás .
El último km tiene una subida bastante fuerte y como las fuerzas empezaban a fallar decidimos tomarnos un gel para recuperar, le dimos otro a la alemana porque llevaba mala cara, no tenía fuerzas ni para coger el agua de la mochila, tuve que dársela y después volver a colocarsela en el mismo sitio. Ella se quedó descansando y nosotros continuamos la marcha .. ya no nos volveríamos a encontrar puesto que tras coronar el Alto iniciamos una agradable bajada hacia Cornellana.
Las vistas son espectaculares, así es que el esfuerzo tuvo su recompensa.