Oviedo - Salas

Esta etapa sin poder ponerle el adjetivo de fácil será mucho más liviana que las que nos esperan en los próximos días en cuanto al grado de dificultad general.

Pedalearemos indistintamente por pistas asfaltadas, caminos y carreteras locales de poco tráfico. El firme de los caminos es ciclable en todo el recorrido.

Iniciamos nuestro nuevo reto desde el punto cero, la catedral de Oviedo. Apenas hay nadie en la plaza por lo que podemos disfrutar del momento más íntimamente.

Hasta salir de la ciudad no empezaremos a encontrar flechas amarillas, nos guiaremos por las vieiras de bronce que hay en el suelo. Son muy bonitas pero poco prácticas porque el trazado urbano está diseñado para caminantes y la mayor parte del tiempo discurre por calles que  son dirección prohibida para las bicicletas . La única solución es ir por el acerado. Hay que estar muy atento porque es fácil perderse.

Llegando al parque Camino de Santiago saldremos al monte y nos adentraremos en plena naturaleza con los paisajes tipicamente asturianos de vacas, prados y aldeas. Los primeros siete km son bastante asequibles aunque la subida a San Lazaro de Paniceres y Llampaxuga te hace sudar a pesar de no ser muy exigente. Desde lo alto y en días despejados se puede ver Oviedo. Nosotros sólo vimos la niebla que lo envolvía.

En la subida a San Lazaro nos encontramos con un peregrino madrileño que iniciaba su primer camino a Santiago y estaba muy emocionado. Nos contó que hacía el Camino por una promesa y que llevaba tres horas  desorientado dando vueltas hasta encontrar la salida de Oviedo  porque perdió de vista las vieiras de bronce del suelo.

El Camino pasa justo delante de la solitaria capilla de la Virgen del Carmen de Llampaxuga, tras  la cual y en breve subida llegamos a Loriana donde nos encontramos con la Iglesia de Santa Maria..

Monumento en Puente Gallegos

En bajada llegamos hasta el medieval Puente de Gallegos sobre el río Nora. El puente ha sido modernizado con una baranda metálica y con una extraña escultura dedicada a los comuneros  que rompe con el equilibrio natural del paisaje.

Dejamos atrás el puente y llegamos a un precioso bosque de robles y castaños llamado el Castañeu del Soldáu por donde subiremos al Alto del Escamplero, la subida tiene sobre dos km fáciles de llevar.

Cuando llegamos arriba nos encontramos con dos peregrinas, madre e hija que iban muy apuradas por el esfuerzo y por el bajón que tenía una de ellas al no llevar nada de comida, sólo les quedaba un trago de agua, así es que le dimos de lo único que nosotros llevábamos,  una barrita energética y le rellenamos la botella de agua para que tuvieran suficiente hasta llegar unos km más adelante al único bar de la zona. La verdad es que fueron un poco inconscientes, siempre hay que llevar algo de comida, la inexperiencia juega muy malas pasadas.

Pasaremos por Valsera, Premoño y Puerma.

A través de la carretera N-634 nos adentramos en el desfiladero de Peñaflor. Un paraje precioso con su puente del siglo XII.

Llaneando llegaremos a Grado y ya puede decirse que iniciamos la subida más importante del día, el Alto del Fresno. Son sobre cinco kilómetros bastante duros que alternan pistas asfaltadas con camino.

En Grado nos tomamos un acuarius que nos vendría de maravilla para afrontar la subida. Hacía muchísimo bochorno y las cuestas se nos atragantaban un poco más a cada curva por el desnivel  tan considerable que iba tomando el terreno.

Durante un rato subí empujando la bici con una peregrina alemana, no nos entendiamos, pero con gestos y miradas nos dábamos ánimos. Paco me esperaba un poco más arriba y cuando lo alcanzamos paramos a beber. Ante nuestra sorpresa la alemana se puso a fumar!! le faltaba el aire por el sobre esfuerzo y en el momento que recobró un poco de aliento encendió un cigarro. A partir de ahí volvimos los tres al camino, Paco delante y nosotras dos detrás .

El último km tiene una subida bastante fuerte y como las fuerzas empezaban a fallar decidimos tomarnos  un gel para recuperar, le dimos otro a la alemana porque llevaba mala cara, no tenía fuerzas ni para coger el agua de la mochila, tuve que dársela y después volver a colocarsela en el mismo sitio. Ella se quedó descansando y nosotros continuamos la marcha .. ya no nos volveríamos a encontrar puesto que tras coronar el Alto iniciamos una agradable bajada hacia Cornellana.

Las vistas son espectaculares, así es que el esfuerzo tuvo su recompensa.

Tuvimos que desviarnos del trazado del camino en la bajada hacia Cornellana por culpa de las obras de la autovía. En el pueblo nos comimos un bocadillo para reponer fuerzas y seguir hasta nuestro destino.

Pasando Cornellana encontramos una corta pero fuerte subida que después se suaviza para continuar ascendiendo hasta Salas. Llegar al final de etapa con el cansancio acumulado y los últimos km de ascenso se hacen bastante pesados, sobre todo si hace el bochorno que nosotros tuvimos que aguantar durante todo el día.

En Salas dormimos en el Hotel Soto, es un edificio antiguo situado justo detrás de la Iglesia. Buen trato. Las bicicletas estuvieron perfectamente guardadas en el garaje particular de la dueña. En lineas generales puede decirse que está bien, sin lujos pero correcto. La habitación limpia pero el cuarto de baño (sin estar sucio) necesitaba una limpieza más en profundidad.

Una vez acomodados, duchados y con la colada hecha nos fuimos a conocwe el pueblo, allí nos encontramos con un peregrino con el que coincidimos al bajar del autobús en Oviedo y con el que conversamos brevemente.

 Aconsejados por otros bicigrinos cenamos en Casa Pachón. Creemos que este Bar ha sido la única decepción del día, esperábamos un lugar más moderno y menos cutre pero lo cierto es que se come bastante bien, comida sencilla y casera. Quizás demasiado abundante para nosotros por lo que muchísima comida regresó a la cocina. Nos pusieron cuatro primeros platos y un segundo. Sopa, menestra, arroz a la cubana con su huevo frito, ensaladilla rusa y de segundo elegimos un escalope de ternera y merluza a la romana. Con café y chupitos nos cobraron 30 euros. Creo que fueron un poco espabilados por lo que vimos que  cobraron a otros puesto que la señora se ahorró el postre y el menú se supone que es de 9 euros. De todas maneras, no resulta caro.