Tenemos que esquivar continuamente a los peregrinos y nos empezamos a agobiar .. no estamos acostumbrados a ésto .. lo nuestro son los caminos solitarios .
El camino va paralelo a la carretera, asi es que decicimos adelantar por asfalto. Hay tanta aglomeración de peregrinos porque la gente está terminando la etapa del día. Son las tres de la tarde
Llegamos a Pedrouzo, miramos para atrás y la ola humana se acerca, hay que buscar alojamiento. Vemos un Hotel a la izquierda de la carretera Pensión NR con muy buena pinta, Paco entra a preguntar. Hay plazas, son cincuenta euros. Le digo que bien, pero que no reserve, es pronto, sólo quedan 20 km a Santiago y tenemos tiempo de sobra para llegar.
Con la leccion aprendida del día anterior, nos sentamos a descansar y comer en unos veladores. Nada de decisiones precipitadas. Yo quería seguir pedaleando, estaba muy nerviosa, no me gustó esa masificación, quedé un poco superada por todo. Paco sacó la guía, los perfiles y los mapas; estudiamos la situación. No es que tuviera mucha complicación, pero ya llevábamos sesenta y tantos km encima y eso me podría pasar factura en las cuestucas que quedaban por subir. Al final decidimos quedarnos aunque estaba convencida de que podría llegar a Santiago sin problemas .. pero mejor no tentar al diablo.
Una vez hechas todas las tareas pos-etapa nos metimos en la cama a descansar .Dormimos la siesta más larga y con el sueño más profundo de todo el Camino. Estaba más cansada de lo que pensaba.
No hicimos mucho más, bajamos a cenar y enseguida nos subimos a la habitación de nuevo.
El camino se acababa, sólo nos quedaba un día por delante.