Era un día especial por eso escogimos hacer una etapa facil de pedaleo y de pocos km. Salieron 31. Queríamos llegar temprano a Lugo y dedicar el día a descansar y divertirnos.

Salimos más o menos a la hora de siempre, después de desayunar en el bar del hotel.

Las instalaciones en general son buenas, pero han conocido mejor momento de gloria, están bastante desgastadas por el paso de los años . creemos que ahí no saben que las paredes se pintan (tenían muchos roces) y que existen tapiceros por si el uso desgasta  el material de los asientos . La habitación mucho mejor que el Bar.

Tras unas buenas carcajadas para comenzar el día, nos pusimos en marcha. Los peregrinos extranjeros que había en el hotel tomaron un taxi en el momento que nosotros empezamos a pedalear.

La etapa en general no tiene problemas, sólo se sube el Alto de la Vaqueriza pero sin mucha dificultad. Hay más km de bajada que de subida en todo el trayecto.

En plena bajada por una pista forestal nos encontramos con la Iglesia de Nuestra señora del Carmen en Vilabade.

Al lado de la iglesia hay un pazo que ahora se ha convertido en alojamiento rural

Seguimos bajando y nos adentramos en bonitos bosques y corredoiras y tras cruzar la autovía nos plantamos enseguida en el barrio de la Chanca.

 

Muy bonita la llegada por las afueras de la ciudad. En sus tiempos sería una aldea importante, pero ahora sólo son las casas del extrarradio. Llegamos a un puente del que no me acuerdo el nombre desde donde teníamos la mejor vista panorámica del Ponte da Chanca.

Ya estamos en Lucus Agustis

Una cuesta inesperada y empinada nos adentra en las calles lucenses .
Tras la cuesta tenemos  una escalera! Hay que portar las bicis para subir. Una muestra más de que no se piensa en quienes vamos en bicicleta a la hora de hacer los trazados urbanos.

 

Nos alojamos en el Hostal Mar de Plata,

Se encuentra al lado mismo de la muralla y la puerta de San Pedro.

Es un edificio antiguo y con las carencias de éste pero está limpio y correcto. El trato muy amable.

Nos cobraron 35 euros la habitación doble.

En la habitación teníamos fruta fresca, un par de zumos y un par de botellitas de agua. Además nos lavaron la ropa. La verdad es que no nos podemos quejar de nada.

 Lugo ha sido todo un descubrimiento. No la esperábamos así. Es una ciudad preciosa. Nos sorprendió lo ancho de algunas de sus plazas y calles dentro del casco antiguo. La gente muy amable, se come de maravilla, además nos hizo un tiempo excelente

Comimos muy bien en la terraza del Restaurante Antas de Ulla .Totalmente recomendable . La relación precio/ calidad/ cantidad, excelente . Nosotros comimos a la carta  pero tiene varios menús, dependiendo de lo que cada uno se quiera gastar. 

Para cenar fuimos a un restaurante con nombre de Tango “Cambalache” que está al lado de la pensión. En la puerta dice pasta – pizza pero no es el italiano convencional , está elegantemente decorado con motivos que hacen alusión a la música y el tango. Lo definiría como ítalo – argentino. Cenamos bien. Trato exquisito. Final perfecto para un día inolvidable.