Salimos de Baños de Montemayor subiendo el Puerto de Bejar por la N 630. En pocos km entraremos en la provincia de Salamanca. Una vez coronado el puerto bajaremos hacia el puente de la Malena por el camino real. La bajada tiene tramos técnicos y con un descenso pronunciado por lo que hemos de prestar mucha atención y administrar bien los frenos.
Unos metros más adelante nos incorporaremos a una pista asfaltada con un mantenimiento bastante deficiente pero que nos permite pedalear cómodos. A partir de aquí la tendencia es a subir. Para llegar a Fuenterroble atravesamos los pueblos de Calzada de Bejar, Valverde de Valdelacasa y Valdelacasa.
Hay un tramo que nadie nombra en las guías y es la subida hasta Valdelacasa, se hace bastante dura y pesada. A partir del pueblo se hace más llevadera. Llegamos a Fuenterroble con tendencia a bajar.
Nos alojamos en el albergue parroquial, dirigido por el famoso padre Blas. Una persona emblemática de la Via de la Plata por su labor en la puesta en valor de esta ruta milenaria.
Por primera vez coincidimos con más peregrinos. Oscar, un leonés de Cistierna y Alfonso, un pacense vecino nuestro, que el camino de Santiago nos ha regalado. Será el inicio de una bonita amistad.
Es Nochevieja y nos ofrecen un sencillo menú. El padre Blas no está por lo que nos atienden la gente que tiene en la casa de acogida.
No sabemos muy bien cómo describir esta etapa, por una parte ha sido la más bonita de todas pero tiene mucha subida, hasta donde dicen que son bajadas, no lo son. A veces dolían las piernas en exceso y eso nos ralentízó más de la cuenta.
Nos levantamos un poco más tarde de lo habitual puesto que en el Hostal el desayuno no lo servían hasta las ocho de la mañana. Hacía bastante frío por lo que decidimos calentar las piernas haciendo empujim por la calzada romana … La subida, espectacular … las piedras estaban resbaladizas pero el paisaje merecía el esfuerzo. Sin mucha complicación pasamos el puerto de Bejar.
La bajada de Bejar hasta el Puente de la Malena tiene zonas bastante técnicas en las que los frenos tienen que trabajar intensamente, pero el bosque de castaños y el río en el que desemboca el camino es el premio que todo peregrino/bicigrino merece. Si no haces esa ruta andando o en bici, es muy dificil que puedas conocerla y disfrutarla. Es uno más de los motivos que justifican esta aventura.
Decidimos subir a Calzada de Bejar por la antigua Calzada romana, que ni es antigua ni es romana, ni es calzada, es una trampa para los peregrinos. Rampas con un gran desnivel que lo que parece es un desprendimiento de rocas.Os recomendamos subir por carretera.
Sellamos las credenciales en el ayuntamiento del pueblo y descansamos un rato en su plaza. La chica del bar nos dijo que hasta Fuenterroble tendríamos un paseito, que en poco más de una hora llegaríamos sin problemas … pero nada más lejos de la realidad. Aunque al principio el terreno es amable, despúes entre Valverde de Valdelacasa y Valdelacasa hay un desnivel importante y rompepiernas. Puede compararse a un puerto de tercera categoría.
Llegamos a Fuenterroble con la única intención de saludar al padre Blas y sellar las credenciales. Tuvimos suerte y estaba en el albergue. Nos preguntó que hasta donde queríamos seguir y cuando escuchó mis dudas por el dolor de piernas, sin pensarlo dos veces nos dijo “os quedáis aquí” te quedas en la American House que son dos habitaciónes destinadas al uso de los peregrinos americanos ya que han sido ellos los benefactores de la obra. Estuvimos de lujo en una habitación individual con cuarto de baño para nosotros solos. Ante tal propuesta era imposible resistirse.
Desde aquÍ queremos agradecer a Corina y a Javi, los hospitaleros su acogida, su forma de ser, su manera de desvivirse por todos lo que llegamos hasta allí y muy especialmente al Padre Blas por la deferencia que tuvo con nosotros.
Participamos en la cena comunitaria del albergue en la que cada uno aportamos lo que mejor nos pareció y que fue sin duda alguna lo mejor de la jornada porque vivimos por primera vez el verdadero ambiente del Camino, compartimos mesa, conversación y compañía con peregrinos de varias comunidades españolas y alguna que otra nacionalidad.