Datos grabados con Gps Twonav Anima Plus y analizados por Compe Gps Land

Para comenzar esta ruta viajamos hasta Santiurde de Reinosa.  Pernoctamos en el albergue La Torre. Tiene buenas instalaciones y está bastante limpio.  La cena y el desayuno incluidos en la media pensión están correctos en cantidad y es comida sencilla pero rica. Su entorno montañoso lo ubica en un paraje tranquilo y precioso.

Estamos a una hora de coche de Serdio, lugar donde comenzaremos a caminar y donde son coincidentes los trazados del Camino del Norte y el Camino Lebaniego.

Madrugamos y somos los primeros en levantarnos. Nos han dejado listo el desayuno. Se agradece el silencio con el que preparamos las mochilas en el salón.

Sobre las ocho de la mañana ya tenemos el coche bien aparcado. Tras un zumo en el afamado mesón La Gloria, nos ponemos en marcha.

A pesar de la afluencia masiva de peregrinos por el itinerario jacobeo de la costa podemos ir tranquilos ya que a las horas de nuestra salida , hace tiempo que abandonaron el pueblo.

Buscamos la flecha roja.

Monolito que señalizan los dos caminos
Bifurcación de caminos

Caminamos placenteramente, disfrutando de la humedad del ambiente hasta llegar a Muñorrodero que es donde empieza la senda Fluvial del río Nansa. Son sobre 8 km de densos y frondosos bosques

Su inicio es amable pero lo que no hemos leido en ninguna web o blog es que tiene tramos especialmente duros, que no siempre es una senda apacible por la ribera del río aunque tiene muchas zonas de agradecido descanso.

Optamos por la variante estival

Podemos decir que la etapa se divide en tres tramos diferenciados: los cuatro km que separan Serdio de Muñorrodero, la senda del Nansa y los 10 últimos km por la carretera CA 856.

Nuestra intención era desviarnos a Camijanes para comer pero por alguna extraña razón se empeñaba en esconderse.  Cuando creíamos tenerlo a la vista, encontramos un cartel que ponía senda Fluvial a Cades 5km y pensamos que desde ella encontraríamos una salida para subir al pueblo, pero lo que hicimos fue internarnos de nuevo en un poderoso bosque que nos alejaba de nuevo de la civilización.

La senda termina en la carretera CA856 y no pasa por Cades. Según todas las informaciones allí no hay bar ni tienda ni restaurante por lo que comimos en unos bancos al lado de la carretera. En las instalaciones de un antiguo molino nos dieron agua. No habiamos encontrado ni una sola fuente en todo el día.

Los últimos 10 km por carretera se hacen bastante pesados, sobre todo por el cansancio acumulado de las dos sendas. No hay apenas tráfico por lo que podemos disfrutar del paisaje sin estress.

Nos alojamos en el albergue de peregrinos. Su hospitalero se llama Miguel,  un chico discreto y amable.

Las instalaciones están muy limpias y tiene las literas dotadas de muy buenos colchones.

La cena es vegetariana, elaborada con las verduras que Miguel cultiva en su huerto. Es la única opción del pueblo puesto que no hay bares.

Nos cobra a cada uno, once euros por cama, cena y desayuno.

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