Salimos de Mérida por el Puente romano cuando empieza a amanecer. Un carril bici con ligera tendencia a subir nos saca de la ciudad dirección a la milenaria presa de Proserpina.

Una vez hechas las fotos de rigor decidimos continuar por la N 630 hasta Aljucen. El tramo hasta Alcuescar lo habíamos hecho a modo de entrenamiento hacía unas semanas y no queríamos repetir. Se trata de atravesar el parque natural de Cornalvo, una bonita dehesa bien señalizada.

Para las 10:00 ya estábamos en Aljucen sin mayores problemas. Por asfalto se rueda rápido. Aunque es una carretera nacional, la 630 tiene escaso tráfico.

En Alcuescar paramos a sellar la credencial en el albergue.

A partir de aquí entramos en el trazado original de caminos de tierra. No hay ningún tipo de complicación ni desnivel.

En Casas de Don Antonio paramos a refrescarnos un poco al lado de su puente romano

Llegamos a Aldea del Cano a las 13:30 . El albergue está casi lleno. Solo quedan tres camas.

Entramos un poco despistados pues nunca hemos pernoctado en este tipo de alojamientos, Los peregrinos que ya están allí no se muestran nada colaboradores, han hecho grupo y van a lo suyo. Nos sentimos bastante ignorados.

Hay que pagar al restaurante Las Vegas (está al lado) y de paso comimos. Bastante bien y económico.

Las instalaciones del albergue son buenas pero la escasa ventilación del dormitorio y las moscas hacen que decidamos irnos a descansar a la piscina del pueblo. Allí pasaremos una tarde estupenda. Los peregrinos tenemos descuento,

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