El track ha sido grabado con Garmin 605 Edge y analizados con CompeGps map.

Esta mañana nos levantamos contentos por haber entrado de lleno en la burbuja de tiempo y vida que es el Camino de Santiago.

Anoche compartimos albergue, cena y charla con siete compañeros de aventura, cinco de ellos caminantes y dos bicigrinos. Nos resultó curioso que de los nueve, siete fuéramos extremeños y que cinco de nosotros seamos de Badajoz y del mismo margen del Guadiana. Estaba también una chica de Antequera cuyo pasatiempo preferido era hablar  y el personaje curioso del día, Jhon, un extranjero que unas veces era irlandés y otras holandés. Decía que sólo sabía cien palabras en español , pero no se callaba ni debajo del agua.

Empezamos a pedalear con el frescor de la mañana. Vamos por la N 630 de nuevo.

Desayunamos un donut y un café de máquina en la gasolinera de Valdesalor porque al ser domingo no encontramos nada abierto.

Subimos el Puerto de las Camellas sin complicaciones y Cáceres nos recibió a medio despertar, el paseo de Cánovas nos hizo de anfitrión. Pocos coches y menos gente.

Pensábamos parar en la Plaza Mayor pero para nuestro desencanto está en obras, así es que decidimos continuar sin parar hasta Casar de Cáceres.

Casar de Cáceres celebra sus fiestas del Ramo, así es que de nuevo estaba todo cerrado. Tuvimos que dar varias vueltas para poder comprar un poco de pan y agua.

Nos comimos unos bocadillos en la puerta de la iglesia de la Asunción y cuando nos íbamos una monja abría las puertas por lo que aprovechamos para sellar y ver la iglesia por dentro.

Nos resulta muy curioso como en las puertas de algunas casas se montan una especie de altares  muy ricamente adornados y con ofrendas de animales y alimentos

Unos vecinos nos aconsejaron ir por el acceso de la N630 a Casar porque aunque está en obras y la carretera cortada, podíamos pasar con las bicis y ahorrarnos un buen trecho. Así lo lo hicimos y nos ahorramos dicho trecho. La rampita que nos dijeron, resultó ser un rampón lleno de polvo. Hacía como mínimo 35 grados y sin una pizquita de aire que nos diera un poco de alivio.

Por fin salimos a la carretera, pedaleamos con fluidez hasta el sube y baja del pantano de Alcantara.

No encontramos ninguna indicación de acceso al albergue, sólo podemos fiarnos del gps pero no sé si por  el cansancio o porque el waipoint estaba mal puesto para localizarlo tenemos que llamar para que nos indiquen la entrada. Las instalaciones no se ven desde la carretera.

Llegamos a las dos y se abrieron para nosotros las puertas del paraiso. El albergue, un lujo. Tenemos una habitación de cuatro para nosotros solos y nada más que hay una pareja extranjera que  no entienden nada de español.

 

El albergue cuenta con un ordenador y conexión a internet. También servicio de lavandería.

La única opción de comida son pizzas o lasaña congelada que prepara la encargada, así es que lo mejor es llevar lo que se vaya a consumir.

Las vistas del atardecer desde el albergue son preciosas, todo un remanso de paz.

lallamadadelviento@lallamadadelviento.es