Etapa 2. Ruesta – Monreal

Ruesta – Monreal 58 km

La etapa del día anterior ha dejado en nosotros sentimientos contrapuestos, por un lado habíamos conseguido completar con éxito el planning inicial y nos habíamos divertido bastante a pesar de algunas dificultades del terreno pero por otro no esperábamos pasar más calor que en Badajoz ni que estas tierras fueran tan áridas, tan secas; no esperábamos páramos tan desolados , tantos kilometros cuadrados sin un sólo árbol y tan poquísima vegetación.

Exceptuando el río Aragón, todos los demás riachuelos y riveras están completamente secos, muchos de ellos debido a la falta de lluvia y nevadas del invierno. Desolador es el único adjetivo con el que nos atrevemos a calificar al panorama fluvial de la zona. El pantano de Yesa no corre mejor suerte.

Es duro aceptar que quizás nos hayamos equivocado y que probablemente hubiera sido mejor salir desde Roncesvalles o Sant Jean, pero ya no hay vuelta atrás, hay que seguir.

El dia de hoy nos causa bastante respeto debido a la dureza del trazado aunque hemos hecho las correcciones que nos aconsejaron para no meternos en ratoneras kilométricas .

El primer error que cometimos fue salir tan tarde del albergue, no recordamos en que nos entretuvimos pero hasta las 8.40 no nos pusimos en marcha.

Los primeros metros los hacemos empujando puesto que el suelo es empedrado, y está humedo.  Un poco más adelante y en seco nos subimos a la bici.

 

Pasamos el río Regal con su cauce totalmente seco y ya comienza la primera de las subidas importantes del día, la subida al Monte Fenerol.

Empezamos por una pista muy agradecida para pedalear pero los caprichos de los trazadores del camino nos desvían a través de un sendero para ver la antigua ermita de Santiago, del siglo IX , está cerrada y nos pareció que medio en ruinas ya que va a quedar bajo las aguas y sería malgastar dinero en su reconstrucción.

 

 

A lo largo del camino nos encontramos varios de estos letreros en los que informan de las zonas que serán inundadas con la ampliación del pantano de Yesa.

El trazado del camino volverá a cambiar. En todos los pueblos afectados hay mucha controversia e indignación con este proyecto que ha sido aprobado sin contar con la opinión de los vecinos.

Con una piedra azul invitan a unirse a su causa.

La vereda nos devuelve a la pista forestal que nos llevará hasta el alto tras siete kilómetros cuesta arriba. Tenemos que salvar unos 350 metros de desnivel.

La pista tiene buen firme y aunque a veces las rampas  lo ponen un poco más dificil disfrutamos de la subida y del paisaje que es totalmente diferente a los del día anterior, hay sombra y unas maravillosas vistas del pantano de Yesa.

El camino termina en una carretera. Lo normal es que a una buena subida le siga una estupenda bajada y no la vemos por ningún lado. De repente la frondosidad desaparece y éste es el panorama que nos encontramos a ambos lados de la carretera.

Vista a nuestra izquierda

Vista a nuestra derecha

Para hallar la bajada necesitamos la ayuda del Gps. La encontramos con relativa facilidad cien metros más adelante. Habiamos leido en la guía del Consumer lo siguiente (lo copio textualmente) “Una vez arriba, el Camino se deja caer cómodamente hasta Undués de Lerda”, vamos a comprobarlo.

Aquí encontramos el camino de cabras

Empezamos a pelearnos con el terreno pedaleando pero no tenemos bicis para bajar sin peligro y en algún tramo tenemos que empujar.

Restos de calzada romana

Una vez terminado este pestoso tramo la bajada se hace un poco más llevadera y aunque continúa siendo exigente y muy técnica la podemos hacer pedaleando hasta que en la posterior subida regresan los mal conservados restos de calzada romana donde una vez más tendremos que poner pie a tierra, aunque yo creo que más por la paciencia derrotada que por fuerzas.

Más calzada en la subida

Mirando la bajada desde la subida

 

 

 

En el pueblo nos encontramos con el grupo al completo de peregrinos con los que compartimos tarde y cena en Ruesta , salen del bar donde han terminado de almorzar dispuestos a reiniciar su marcha pero al vernos llegar con los Evos se quedan sorprendidos (la tarde anterior no nos vieron llegar) y una vez más tenemos que explicar la revolución que supone para los viajes en bicicleta utilizar tan necesario y sencillo elemento.

Nueva sesión de fotos y batería de preguntas. Una vez que nos quedamos sólos nos tomamos unos acuarius y unos pistachos y continuamos la marcha. Son las 11.30 y sólo llevamos 12 km de la etapa.

Empezamos a temer que nuestros primeros planes no van a poder cumplirse. Tres fotos y salimos pitando. Llegar a Tiebas comienza a ser objetivo imposible.

El albergue del pueblo

Los siguientes kilómetros serán en bajada. Los primeros un poco más feos por culpa de los cascotes de pizarra y muchas piedras con tierra suelta, los demás muchísimo más agradables por pistas de concentración que a veces están asfaltadas y caminos varios. Adelantamos a los peregrinos para no volverlos a ver, No hicimos fotos y tenemos vagos recuerdos de nuestra entrada a Navarra. Llegamos a Sanguesa en una hora escasa.

Iglesia de Santa María la Real

Pórtico

El pueblo está preparado para sus desconocidos para nosotros y famosos encierros. Nos paseamos entre las tablas

Sanguesa es un pueblo grande, comercial, con todos los servicios y lleno de historia, Posee innumerables monumentos dignos de visitar, Habría sido un final de etapa perfecto.

Buscamos un lugar donde descansar y sentados en una terraza decidimos que el final de etapa sea en Izco porque llevamos mucho retraso acumulado. Recuperados buscamos la carretera que habría de llevarnos hacia la variante de la Foz de Lumbier.

Para ello tenemos que ir por asfalto durante unos seis km hasta Liédena y alli tomar un desvio hacia Lumbier a través de pistas sin ni una sóla rama donde cobijarse. La temperatura sigue subiendo y nuestro mayor enemigo de este dia, el calor, empieza a cebarse con nosotros.

Llegamos a la Via verde del antiguo tren del Irati. Estamos en la Foz de Lumbier. Mucho hemos escuchado hablar de la belleza de este paraje y para ello vamos a sumarle cinco km de más a la etapa.

La Foz de lumbier es un cañón escavado por las aguas del río Irati , no es muy largo, sobre km y medio pero es realmente bonito. Otro tema es si merece la pena el precio a pagar por el desvio bajo la tortura abrasadora del sol y para tan poco tiempo de disfrute.

Primer túnel. No está iluminado. Se pedalea a oscuras.
206 metros de longitud

Segundo túnel. 167 metros más de oscuridad

A partir de aquí no hicimos ni una sola foto, así es que tenemos que narrar las peripecias sin apoyo gráfico.

Dejamos el río Irati y llegamos a la localidad de Lumbier donde paramos a llenar todos nuestros bidones de agua porque toda el agua es poca.

En Lumbier tomamos la carretera para ir hasta Nardués y un poco mas adelante comenzar la subida a Izco por la misma N-240 donde volveremos a enganchar con el trazado original del Camino.

En plena subida encontramos el camino original que viene de Rocaforte y que se une a la ctra durante unos metros, pero no estamos para ataques de purismo peregrino y continuamos por donde vamos.

Conseguimos llegar a Izco y fuimos directamente al albergue. Para nuestra sorpresa está lleno, preguntamos por algún hotel o pensión y nos dicen que no hay, que tenemos que continuar hasta Monreal.

Rellenamos nuevamente todos nuestros botes de agua en el albergue y a seguir pedaleando.Nos quedan otros 11 km por delante, pero esta vez bajando. Decidimos hacerlos por carretera para evitar sorpresas desagradables como la de Undués. Tiene buen firme y como el calor ha empezado a bajar pedaleamos bastante más cómodos. Plato grande y a muy buen ritmo llegamos a Monreal en escasa media hora.

Lo que más nos llama la atención al entrar en el pueblo es que vemos a varios chicos vestidos como si fueran a ir a San Fermín, lo que nos avisa de que el pueblo está en fiestas y de que está a punto de celebrarse algo que tiene que ver con toros o vaquillas. Menuda suerte!!

Llegamos al albergue, no hay hospitalero pero si hay sitio, así es que ocupamos cuatro camas, las nuestras y las de Cris y Luis. Mientras que esperamos su llegada nos duchamos y hacemos todas las tareas post etapa cotidianas.

Cuando terminamos de tender la colada, llegan nuestros amigos y los ayudamos a acomodarse, candamos todas las bicis, pagamos el albergue y directamente nos vamos a buscar un chiringuito donde tomar una cerveza.

En el primero que entramos nos quedamos, allí cenamos y compartimos una velada realmente agradable en la que nos reimos muchísimo.

Sobre las diez nos vamos a la cama. El karaoke de las fiestas se hace a escasos metros del albergue y empezó sobre las dos de la madrugada hasta las cuatro y media más o menos.

Se apaga la luz, empieza la verbena.

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