Nuestro nombre “La llamada del viento” no fue elegido de una manera casual, sino porque en la mayoría de nuestros viajes el viento ha sido un fiel compañero. Lo hemos sufrido o disfrutado en forma de ciclogénesis explosiva, tormenta, temporal, borrasca, etc.
Esta vez hemos tenido que retrasar un día el inicio debido al paso por la península de tres borrascas consecutivas, Daniel, Elsa y Fabien. Fabien da sus últimos coletazos el día que empezamos a caminar. Sufrimos vientos de 90 km/h con toda su intensidad en los últimos km de la etapa. Para no variar, nos daba de frente y nos tambaleaba dificultando el avance.
A nuestra llegada a León el río Bernesga ha bajado el caudal pero aun se le nota su crecida.