Posada de Valdeón – Potes 46km

Datos grabados con Twonav Anima Plus

Ayer pasamos todo el día descansando ya que en Posada de Valdeón poco se podía hacer porque llovía.

Hemos seguido pendientes de las noticias meteorológicas y cada vez nos encontramos más confundidos. Decidimos parar porque decían que sería el peor día de la ciclogénesis y ahora dicen que será hoy, que no lloverá tanto pero si que padeceremos rachas de viento que superarán los 100 km/h.

Estamos en una especie de ratonera de la que sólo podemos salir sin despedalear camino, subiendo el Puerto de Pandetrave o empujando la bici por la Senda “Ruta del Cares” en Cain, nueve km más abajo, donde termina la carretera por la que llegamos.

Le ponemos valor y nos vamos. Iremos decidiendo sobre la marcha.

Mientras desayunábamos vimos que se acercaban unas nubes bastante feas y llenas de agua pero no les dimos la importancia que tenían y cuando llevábamos pedaleado sólo un km de endiablado desnivel se puso a llover con tanta fuerza que tuvimos que volver al pueblo y refugiarnos en los soportales de la iglesia.

Salimos subiendo directamente al Puerto de Pandetrave por la ctra LE 2703. Nos salieron algo más de 11 km de ascensión. Los primeros tres y medio que separan Posadas de Valdeón de Santa Marina de Valdeón son muy duros. Tiene unas rampas infernales con un porcentaje sostenido del 12 – 13% y picos del 15 -16% según las altimetrías que hemos comprobado después.

A todo ese desnivel hay que sumarle un elemento que nos complica la vida y mucho, es el viento de frente con rachas de 85 km /h que en alguna ocasión nos sacó de la carretera hacia el guardarraíl.

Una vez pasado este tramo la pendiente se suaviza y nos permite ir cómodos, ronda el 6 % . El curveo y los árboles nos protegen bastante del viento. Es una subida preciosa.

Cuando llegamos a cota de puerto, nos encontramos con unas rachas de viento que incluso llegan a tirar una de las bicis y darle la vuelta al Evo II. El ruido nos impresiona. No conseguimos mantener la mano quieta para grabar.

Tenemos un conflicto. No sabemos si tomar el desvío que buscamos hacia la Horcada de Valcabao u optar por la opción que desbarataría todos nuestros planes y que no es otra que bajar por la carretera hasta Portilla de la Reina, pero el viento es tan intenso que sería muy peligroso ir por asfalto porque nos entraría de frente y de costado.

Este viaje lo hemos planificado para bajar desde la Horcada de Valcabao hasta Fuente De, justo al contrario de como lo hicimos el año pasado y después subir hasta Sotres por camino. Estar aquí y no poder hacerlo supone una frustración bastante importante.

Mientras que decidíamos que hacer vimos que bajaba por el camino de acceso a la Horcada el coche de los guardas forestales . Nos informaron que el camino estaba seco y ciclable pero que arriba hacía muchísimo aire, que las rachas superaban con creces los 100 km/h.

Lo cierto es que no nos lo pensamos mucho, si el camino está bien, llevamos el viento a favor y el cielo no amenaza lluvia, se puede hacer. Conocemos el terreno y sabemos que una vez hagamos cota, la propia montaña nos protegerá.

Desde Pandetrave hasta la Horcada sólo hay que subir 3.5 km y después casi todo es bajada hasta Fuente De.

Comenzamos la subida por lo que se llama el camino del collado de Remoña y nos resultó muy emocionante y divertida, nunca antes habíamos sentido el viento como un aliado tan fiel.  Nos empuja de tal manera que a veces tememos perder el control de la bici.

Al fondo Posadas de Valdeón y Santa Marina de Valdeón

No sabemos que poder de atracción tienen los Urrieles, pero el caso es que de nuevo estamos aquí difrutándolos, viviéndolos ..

Cuando llegamos arriba justo donde está el cartel , hace un viento tan fuerte que apenas podemos sostenernos en pie. No podemos hacerle la foto a las bicis, así es que las ponemos en el suelo y a duras penas conseguimos inmortalizar el momento. Tres segundos de sujeción al letrero para no caer.

Lo bueno es que bajando sólo 30 metros ya estamos de nuevo protegidos. Ahora sólo tenemos que salvar una zona sin arboleda en la que no sabemos por donde nos puede zarandear el aire.

Bajamos sin problemas, tranquilos, absorbiendo toda la energía de estas montañas, sintiéndolas. Hay alguna que otra cuesta que subir pero no son problemáticas.

A medida que vamos bajando recordamos lo duro que nos resultó subir por aquí el año pasado y entendemos por qué tuvimos que empujar tanto. Hay zonas que dan vértigo.

El cielo empieza a enmarañarse y antes de terminar la bajada ya nos estaba chispeando y los nubarrones negros empiezan a adueñarse de las cumbres.

Estamos en Fuente De, un lugar lleno de turistas en busca del teleférico.

Paramos a comer y a decidir por donde seguir. Nuestra primera opción es bajar hasta Espinama y desde allí subir por camino hasta Sotres, el pueblo más alto de Asturias, pero la climatología no admite juegos ni perdona un error, así es que una vez más tenemos que modificar los planes, seguiremos bajando hasta Potes para retomar nuestro planteamiento más adelante en Pesaguero.

Tenemos 26 km de bajada por delante, por la misma carretera que subimos en 2014 , la CA 185 (estamos en Cantabria) acompañados por el río Deva, que nace en Fuente De. Como es la hora de comer, está tranquila y no hay apenas tráfico. Bajamos muy deprisa, las bicis se ponen locas porque en muchos lugares el desnivel es considerable y de nuevo volvemos a tomar consciencia del esfuerzo del año pasado.

Ahora vamos cómodos, pero subiendo es muy duro porque además, mientras pedaleas no tienes una percepción óptica que acompañe a la pendiente.

A medida que bajamos el frío va desapareciendo y hasta hay zonas de sol en las que sentimos su calor. Cuando llegamos a Potes, hace una tarde maravillosa.

Asador Llorente

Paramos para seguir decidiendo, tenemos fuerzas para llegar hasta Pesaguero e intentar remendar el roto que le hemos hecho hoy a la ruta pero tenemos tan buenos recuerdos de Potes que decidimos dormir aquí si tenemos suerte de encontrar una habitación libre en  Casa Cayo http://www.casacayo.com/ lugar donde dormimos el año pasado.  Y la tuvimos, así es que desmontamos todos los bártulos y nos quedamos. Su trato es excelente y las habitaciones son estupendas. Su restaurante también es totalmente recomendable, esta vez no podremos cenar allí porque está cerrado, pero nos dan una alternativa que tampoco está nada mal, el Asador Llorente.

Vistas desde el Hotel
Vistas desde el Hotel

Tarde de copas en el Café -Pub La Barrica, cervezas y cena el Asador.

Por todo lo vivido, hoy será un día inolvidable.

lallamadadelviento@lallamadadelviento.es