Villaviciosa – Cangas de Onís 48 km

Nos levantamos a la hora de siempre y bastante temprano estamos en la calle con las bicicletas listas. Decidimos desayunar en Amandi, en el trayecto hasta allí (poco más de un km) nos encontramos varios peregrinos siguiendo las flechas amarillas del Camino del Norte.

Atravesaremos los concejos de Villaviciosa, Piloña, Parrés y Cangas de Onís.

Salimos por la carretera AS-267 para poco después incorporarnos a la AS-225.

En la rotonda de acceso a la AS225 vemos un letrero que dice que siguiendo la AS267 tenemos Oviedo a 40 Km y ayer a nosotros nos salieron casi 70 con el rodeo que dimos!!

En la capilla de San Juan de Amandi se separan el Camino del Norte y el Camino de Covadonga.

Fuente de San Juan
Inicio de camino a Covadonga

Un poco más adelante nos encontramos con el camino de tierra. Es el de la izquierda. Las Torres son la entrada a la finca privada La Vega.

Al principio se pedalea justo al lado del muro de la finca.

En esta parte coinciden los itinerarios del Camin y la ruta de los Molinos del Profundu.

Nada más llegar a la ribera del Arroyo de Puente Coro tenemos que bajarnos de la bici y empujar. Es un tramo inciclable. Dentro de la frondosidad del bosque hace bastante bochorno y nos resulta dificultoso poder avanzar. El sonido del agua del arroyo y los cantos de los pájaros son lo único que interrumpe el silencio.

Son sólo 800 metros pero trabajosos.

Abandonamos la ribera del río para subir empujando ladera arriba por un sendero estrecho, lleno de raices y bastante empinado.

Según habíamos estudiado el recorrido sabíamos que aquí empezaba la subida más dura del día,  otra cosa es tener que hacerla arrastrando las bicis.

La subida termina en un camino que aunque es un falso llano ya nos deja pedalear.

Ese símbolo amarillo que se ve en las fotos, se llama triskel. Con ellos está marcado el Camin a Cuadonga aunque como también ha empezado a considerarse Camino de Santiago suele ir acompañado por la flecha amarilla. También puede ser de color azul.

El triskel es un símbolo sagrado celta que posee grandes capacidades mágicas. Se representa como 3 espirales en movimiento que contienen el poder del tres,  su número sagrado, que es el representante absoluto del universo, de la perfección y el equilibrio de la naturaleza.  Es la manifestación de la energía divina.

Tiene múltiples significados dependiendo de la tradición que provenga pero la conclusión final  es que representa la continua evolución del ser humano, su busqueda de espiritualidad, de transformación y sabiduría. Equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu en plena comunión con los elementos naturales y cósmicos.

Salimos del bosque directamente a la pista asfaltada de Coro ; tenemos dos opciones para seguir subiendo a Sietes, ir hacia la Piñera o ir hacia Moratín. Optamos por la segunda opción para evitar una ratonera . Por los dos lados accedemos a la carretera  AS-332.

Queremos parar a hacer un descanso en Sietes pero no encontramos nada abierto por las horas que son y porque ya estamos en temporada baja. Lo que más nos preocupa es que nos hemos quedado sin agua.

Dos km después del pueblo encontramos una fuente.

Seguimos subiendo hasta Anayo, donde se inicia la bajada. Aprovechamos para comer una barrita energética. El Bar también está cerrado. Al estar en el pueblo más alto corre una ligera brisa que nos equilibra la temperatura del cuerpo.

Encontramos distintos tipos de suelo pero sobre todo con muchas piedras sueltas y zonas de gravilla donde es fácil derrapar y caer ladera abajo, en las cementadas hay que tener especial cuidado por la pendiente. Se nos antoja bastante peligrosa por lo que bajamos despacio. El peso del equipaje empuja y el riesgo de caida aumenta a medida que lo hace el desnivel. Ni siquiera se nos pasó por la imaginación hacer fotos.

Una vez pasado este tramo, llegamos a uno de esos lugares que tienen el poder de ralentizar los relojes internos,  de conectarnos con la naturaleza y modificarnos los biorritmos.

Poco después el Camín nos lleva a Borines por la ctra AS258. Un tramo de agradecido relax, con mucha sombra y pedaleo fácil.

Poco después salimos a la AS 259  para llegar a Miyares donde encontramos a un grupo de extranjeros bastante numeroso y alborotado. Empezamos a dudar sobre la idea del albergue de San Juan de Parres.

En Miyares por fin encontramos un Bar abierto, el Bar Pili. Paramos a tomarnos unas cervezas y una ración de queso y allí nos recomiendan no avanzar por el trazado oficial sino lo hacemos por una promesa porque no nos iba a merecer la pena el esfuerzo para llegar a San Juan de Parrés, además nos informan que si pedaleamos por la carretera iremos todo el tiempo bajando hasta Arriondas y Cangas de Onís. Haremos más km pero mucho más agradecidos y fáciles.

Modificamos nuestro itinerario porque no vamos cumpliendo penitencia ni nada por el estilo. Pilar tuvo el detalle de darnos una tarjeta con su número de teléfono por si necesitábamos ayuda en algún momento.

Dejamos atrás Miyares. Seguimos por la AS259 para llegar a la N634

Bajamos sin esfuerzo , la carretera es ancha y el tráfico es asumible.  Vamos tranquilos por el arcen hasta que encontramos una senda  paralela a la carretera habilitada para peregrinos  con las características de un carril bici (encontramos varias señales de prohibido bicicletas) pero como no hay caminantes a los que podamos molestar, vamos por ella hasta Cangas de Onís.

 

En Cangas nos alojamos en el Hotel Sella http://hotelsella.es/. El Hotel tiene una ubicación inmejorable, justo al lado de su famoso puente. Recibimos muy buen trato. Está muy limpio. Las bicis bien guardadas. 

Comimos en la terraza del restaurante del Hotel.  Un menú que parecía comida de carta.

Para cenar elegimos la terraza del Restaurante El Puente, justo debajo del Puente Romano.

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