La etapa entre Ferrol y Betanzos nos ha demostrado que el Camino Inglés, es tan duro como bonito. En una sola etapa se han concentrado la esencia de lo que es el Camino de Santiago, la dureza, la belleza paisajistica y el esfuerzo. Todo ello se conjuga sin darte tiempo a otra cosa que no sea a disfrutar de lo que la vida te está dando.

Hay dos formas de empezar esta etapa. Una es atravesando la ría por el puente As Pias, con ello restaremos algunos km pero no merece la pena perderse el paseo en que se convierte rodear la ría visitando todos sus pueblos. La mayor parte de este tramo se hace por carril bici pero en varias ocasiones el Camino te hace subir sin mucho sentido a urbanizaciones de lujo en el monte. Las vistas desde lo alto son espectaculares.

Pasaremos por todos los pueblos, Naron, Neda, Fene y Murgados

Sobre las once llegamos a la playa de la Magdalena de Cabanas donde nos tomamos una coca cola en un chiringuito. La playa es de fina arena blanca , muy recomendable para el verano, por lo limpia que está y por el paisaje de monte que la rodea.

La temperatura era tan agradable que más que pedalear lo que apetecía era tumbarse al sol pero continuamos hasta Pontedeume donde se nos acabó lo amable del trayecto. Hay que atravesar el pueblo por una calzada de piedra de cantería con un desnivel importante. No hubo forma de pedalear, empujim hasta casi el final. La rampa no fue mas que el aviso de lo que nos esperaba para llegar a Miño, aquí debió de ser donde la dureza del Camino tomó su nombre. Jamás habíamos empujado tanto. Terribles las subiditas.

Si hay algo que caracteriza al Camino Inglés es la forma tan exagerada que tiene de cambiar el perfil, no hay subidas constantes, a cada curva te encuentras con una cuesta mucho mayor que las que anteriormente te habían dejado casi sin aliento.

Llegamos a Miño y comimos, tras un breve descanso continuamos hacia Betanzos que fue el tramo más complicado del día porque unido a lo duro de la orografía estaba el cansancio acumulado

Poco pudimos hacer en Betanzos porque eran las ocho de la tarde cuando salimos de la pensión, una vueltecita por este monumental pueblo, cena en una terracita y a dormir.

 

En Ferrol, nos alojamos en el Hostal Zahara, en pleno centro histórico.http://www.hostalzahara.com/

Guardamos las bicis en la terraza de la habitación. Muy limpio. Excelente trato por parte del dueño y de los empleados.

El restaurante del hostal tiene un menu de 8 euros con muy buena cocina. La habitación doble nos costó 32 € . Recomendable como punto de partida.

Betanzos:

Nos alojamos en la pensión Betanzos. De todas las alternativas tuvimos la mala suert de elegir la peor a pesar de estar recomendada por la oficina de turismo.

El cansancio de la etapa hizo que no nos diéramos cuenta de donde nos metíamos hasta que ya fue demasiado tarde.

Es un piso al lado de la plaza García Hermanos, muy sucio y descuidado. Tenía mucho olor a humedad.

El albergue de peregrinos está en construcción por lo que será mucho mejor opción en breve.